EL SALMON ZOMBIE
Mi “Viejo” murió de cáncer en la garganta
Porque fumó mucho
Y tenía barbas en el alma
Pues no las tenía en la cara.
Mi “Vieja” murió de un golpe en la cabeza
Al dar un traspiés
En el pasillo de la casa.
Ambos murieron en Madrid
En la calle del General Ricardos
Militar español que nació en Barbastro.
Mi “Viejo” de gran entendimiento y virtud
Siempre a mi “Vieja” le decía:
-Yo quiero morir, mujer,
Como el “Salmón Zombi”
Que agoniza en el margen de un río
Muriendo después de aparearse
Comenzando a pudrirse macho y hembra
Aun estando vivos
Después del desove.
El proceso de sus vidas comenzó
En un día de casamiento en Segovia
Con una trayectoria extenuante
De Guerra de España fratricida
Que les costó muchos sustos y trasudores
Yendo de un lugar a otro de la Península
Como cíngaros o gitanos
Pues él era “verderol”
Y, ella, madre de nueve hijos, “sus labores”.
Cuando llegaban para visitarnos
Sus hermanos o hermanos a casa
Siempre a la hora de comer ¡vaya¡
Ella nos decía
Al repartirnos las sopas de ajo:
-A los tíos, churruchada (cucharada) y media
A los de casa, churruchada basta
Lo que no nos hacía mucha gracia.
Mi “Viejo”, verdadero macho castellano
Nunca dejó de hacer Sexo
Ni aun cuando perdió todas sus energías
Por culpa del cáncer de garganta
Convirtiéndose en un muerto viviente
De gran salero y tronío.
En este año glorioso de 2022
Año, en el que estamos en la fase de antaño
Con la cantinela esta:
“Franco fascistas y Rojos
Días de hambres y piojos”
Como dicen los propios políticos
Lo que debilita nuestro sistema inmunológico
Quedando expuestos
A todas la infecciones religiosas
Sacro fascistas o comunistas
Recuerdo a mi “Viejo”
Que quería morir estando apareado
Con su amada, mi ”Vieja”
Toda una belleza aragonesa
Y, así, ser enterrados juntos abrazados
Lo que no se pudo realizar
Sacando esta conclusión:
Que todos somos como el Salmón Zombi
Que, tras de follar y más follar
Hombre con mujer
Macho con macho
Hembra con hembra
Todos, por separado, morimos
En brazos de la Muerte
Y esta muerte es en balde
Ya que nuestros cuerpos
No aportan nutriente alguno al ecosistema
No siendo más que polvo, ceniza
O mierda sacra
En el Barranco de la Violada
O en el Camposanto
De cemento y pala.
-Daniel de Culla